El cuentero camerunés Boniface Ofogo estuvo en el Caribe para grabar un documental sobre el "puente cultural" entre África y los cabildos cimarrones de la región
Vino buscando un pueblo de
cimarrones que conquistó su libertad desde hace 400 años, y que supo conservar todo el patrimonio y legado de sus ancestros africanos.
Sus ideas van más allá del
registro audiovisual de esa legendaria resistencia a la esclavitud, aquella de
la que el Joe nos hablaba en medio de su rebelión musical.
Nació en una aldea de Camerún, en
África Central, tiene 47 años y la mayor parte de su tiempo la dedica a la
cuentería, oficio con el cual ha logrado viajar por todo el mundo llevando las
historias de su pueblo.
“Yo cuento a África, para las
demás historias ya hay mucha gente a su servicio, me dedico a esto porque
África necesita ser contada y muchas veces no se hace bien. Yo soy hijo de
África y hablo por ella”, explicó Boniface, quien por primera vez, de las 13
que ha visitado Colombia, vino con un objetivo distinto al de promover el valor
de la oralidad y la palabra.
El encanto del Caribe lo sedujo,
mostrándose en forma de etnia, por ello a finales del 2012, dejó su residencia
en la capital de España, para venir por su cuenta a hacer realidad su sueño de
construir un puente cultural entre el corregimiento de San Basilio de Palenque
y Camerún.
La primera vez que pisó la
capital del Atlántico fue en septiembre del 2005, cuando vino a participar en
el festival El Caribe Cuenta, después de hacer una gira por todo el país.
“Cuando llegué a Barranquilla me di cuenta
que era diferente al resto, porque aquí encontré a mis hermanos africanos. Eso
se respira por la calle, en las personas, en la música, en el ritmo, en el calor”, expresó entre risas.
La pieza audiovisual que está
produciendo obedece a un solo motivo, mostrar, como su título lo indica, cómo
sobrevive "Un pedazo de África en Colombia‟.
Para hacer realidad la propuesta
y convertirla en las 20 horas de grabación con las que ya cuenta, inició
visitando la población. “Cuando me hablaron de su existencia me prometí a mi
mismo que tenía que visitar un día ese pueblo. El año pasado cumplí el sueño,
fui a hacer una visita solemne, como la de un hermano, porque eso es lo que
soy, y vi que ellos mantienen intacto el sueño de África, mantienen intacta la
ilusión de conocerla, escuchan su música, se sienten africanos y dicen que al
morir no van al cielo sino que se van a África”, relató.
El rodaje de la historia, que inició el 1 de
septiembre de 2012, en las calles de San Basilio y continuó el 12 del mismo
mes, en el Festival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque, cuenta
cómo un nativo africano llega allí, cómo lo reciben y le adoran porque ven en
él a un ancestro.
“Lo que buscamos es mostrar la
huella de África y su influencia, planteando una mirada crítica sobre la
historia y la realidad socio política de este pueblo”, sostiene Fernando
Cárdenas, camarógrafo del proyecto.
Según Boniface, África es como la
raíz y Palenque, su fruto, filosofía que le bastó para decidirse a orientar sus
esfuerzos para exaltar sus costumbres, todo con la colaboración de la fundación
cultural Luneta 50, la Alcaldía de Barranquilla, el Consejo Comunitario de San
Basilio de Palenque, la Corporación Cultural Nave y la corporación Jorge Artel,
de Cartagena.
Patrimonio cimarrón. El escenario central del documental, son las
calles del cabildo cimarrón que fue fundado por los esclavos que se fugaban de
la opresión que vivía Cartagena, y que se refugiaban en las faldas de los
Montes de María, San Basilio de Palenque, pueblo que fue declarado por la
Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por ser considerado
como el primer pueblo libre de América.
“Palenque es un concepto que va
más allá del territorio propio”, es lo que manifiesta Ofogo, y para demostrarlo
contó con el testimonio vivo de artistas, sabios, rezanderas, picoteros, amas
de casa, niños, curanderas y ancianos, quienes dieron su opinión sobre el valor
de la tradición que los une.
Palenque, el original y el del éxodo. Una de las particularidades del largometraje,
es que además de fundamentarse en la perspectiva de los nativos, se introduce
en los asentamientos asilados.
“Mostramos el Palenque original,
y el Palenque del éxodo, esos de la gente que habita en los barrios de
Cartagena y de Barranquilla y que representan la prolongación de nuestras
costumbres”, puntualizó Ofogo. Desde Petrona Martínez, hasta los miembros del
Sexteto Tabalá dejaron claro el porqué demuestran con orgullo la riqueza de su
herencia negra.
‘Zangalewa’ y olvido. “Cuando Boniface vino por primera vez a
Barranquilla, le obsequié un disco que sabía que ya en África no escuchaban, el
de Zangalewa, y él se llevó una gran sorpresa cuando lo reprodujo en Madrid”,
contó Cárdenas.
La popular canción que décadas
atrás hacía parte del repertorio africano y que servía como pista de marcha
para los soldados con su pegajoso “Zamina mina Zangalewa...” hoy hace parte del
olvido.
“Ya nadie escuchaba eso en
Camerún, y aquí aún se baila en las discotecas, aquí son más celosos de este
patrimonio, lo conservan mejor, por eso la iniciativa es llamar la atención de
los africanos para que vean que tenemos cosas que no valoramos por estar
obsesionados con las modas europeas y norteamericanas, mientras aquí hay un
suceso muy bonito, hay gente que se desvive por esto”, comentó Ofogo.
Sobre las danzas explicó que, “en
el Carnaval de Barranquilla el mapalé es como si no hubiera pasado por el
filtro del tiempo”, ya que es exactamente idéntico al de su pueblo.
Pese a que es cuentero de oficio
y tan solo lleva tres años en el campo de la realización fílmica, manifiesta
que es una persona a la que le gustan los desafíos y que no se detiene a pensar
si se puede o no lograr algo. “Soy un hombre de palabra, porque vivo de ella
contando cuentos, de hecho esta es la primera vez que vengo a Colombia con un
objetivo diferente a la cuentería”, dijo.
Orfely María Rueda,
la productora paisa que lleva las riendas del proyecto, relató que cuando
conoció a Boniface en Medellín, en el festival Entre Cuentos y Flores, África
llegó de otra manera a su corazón, “sentí una manera diferente de verla cuando
me contó la propuesta, y cuando lo nombraron en Barranquilla embajador cultural
de África en Colombia, todo me hizo pensar que así mi piel sea blanca esto es
parte de mi origen y que todos somos hermanos”.
Se ha hablado mucho de
reivindicar la raza negra y su importancia, pero el hecho de que sea un
africano el que venga a impulsar el interés por estas poblaciones significa
mucho. A su terminación, a mediados del 2013, el documental será expuesto en
Madrid y otros países de Europa.
El equipo estuvo grabando durante
los días de Carnaval, pues de acuerdo con Boniface, “si se suprime la presencia
afro, el Carnaval de Barranquilla no sería igual”.
Igualdad ante la muerte. Antes de esta propuesta audiovisual, Ofogo
produjo otro documental llamado „En memoria‟, un homenaje a su padre, que narra
la importancia de la oralidad y su impacto en los ritos de cómo se despide a un
hombre sabio tras su muerte, el cual reprodujo en Palenque, llevándose la
alegría de que son las mismas costumbres fúnebres, “somos la misma gente, solo
la historia nos separó”.
Texto publicado en diario El Heraldo (Barranquilla) el 5 de marzo de 2013.
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